Homer Simpson se convirtió hace unos días en el héroe local tras atribuirse el mérito por atajar la peor crisis de la historia de la Central Nuclear de Springfield, cuya dirección decidió concederle inmediatamente el galardón de «Empleado del Mes» por semejante gesta. Y en realidad este vecino de Springfield de 36 años no engañó a nadie. Fue él quien solucionó el problema del sobrecalentamiento del reactor nuclear que podría haber convertido a Springfield en un nuevo Chernóbil, pero lo que Simpson no contó es que lo había conseguido de casualidad y no gracias a sus conocimientos técnicos.
Y nada de esto se hubiese sabido de no ser porque tras atajar la crisis nuclear de Springfield, Homer Simpson recibió una invitación personal de Aristóteles Amadopolis, dueño de la Central Nuclear de Shelbyville, para dar una charla motivadora a sus trabajadores. Simpson, obligado por las circunstancias, tuvo que aceptar la invitación y acudió a Shelbyville este viernes, pero justo cuando empezaba a dirigirse a los trabajadores de la Central de la ciudad vecina, la alarma nuclear ha saltado en la Planta y el pánico se ha desatado entre los allí presentes.
Amadopolis ha reaccionado rápidamente y le ha pedido a su invitado que hiciera «lo que hizo la otra vez». Y ni cortó ni perezoso, Homer Simpson se ha colocado delante del panel de control y ante la atenta mirada de los allí presentes ha empezado a cantar la canción infantil de «Pito pito gorgorito» para decidir completamente al azar qué botón pulsar para estabilizar la temperatura del núcleo del reactor. Y de nuevo lo ha conseguido cuando faltaban menos de 15 segundos para la explosión. Problema resuelto.
Los testigos de lo acontecido no daban crédito a lo que acababan de ver. Homer Simpson había evitado una fusión nuclear de casualidad gracias a una vieja cancioncilla infantil. Y lo mejor es que era la segunda vez que lo hacía de esta forma tras conseguirlo también de esta manera en la Central Nuclear de Springfield.
Tras esta demostración de auténtica buena suerte, el término «Homer» ha sido incluido en el diccionario con el significado de «hombre bobo» y la expresión «Tener Homer» adquiere el significado de «Tener potra».
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