Roger Meyers ha cedido finalmente a las presiones de los telespectadores y ha acabado rebajando el nivel de violencia de «El Show de Rasca y Pica«. En varios episodios emitidos durante la tarde del viernes se ha podido ver claramente un cambio radical en la dinámica de la serie para narrar la relación entre el gato y el ratón. Lo que hasta ahora era agresividad, odio y violencia extrema entre los dos protagonistas, ha desaparecido completamente para dar paso a una relación fraternal en la que el amor y los buenos sentimientos se han apoderado de los personajes. Para muchos telespectadores, con este cambio la serie parece haber perdido toda su mordiente anterior.
Como ejemplo, el primero de los episodios emitidos bajo el título de «Amigos en el porche», sólo ha consistido en ver a Rasca y Pica compartiendo un par de vasos de limonada en el zaguán mientras intercambiaban halagos. En otro de los episodios, los dos personajes han bailado un vals cordialmente, mientras que en el último de ellos, el gato Rasca leía un cuento para dormir al ratón Pica. Sin duda, muy buenos ejemplos para los más pequeños pero muy lejos de lo que éstos esperaban de su programa favorito.
Esta transformación ha provocado que muchos de los telespectadores que habían asisitido para ver en directo el Show de Krusty abandonaran el plató mientras se emitían los dibujos y también ha hecho que decenas de niños de Springfield salieran a la calle a jugar a esa hora, llenando los parques y espacios abiertos de una manera que no se recordaba desde tiempos inmemoriales.
Con este cambio, la asociación S.N.U.H. puede dar por conseguido el principal objetivo que dio lugar a su nacimiento hace escasos días, eliminar la violencia en los dibujos animados, aunque fuentes de la cadena indican que este cambio quedará condicionado al comportamiento de la audiencia, por lo que es muy probable que «Rasca y Pica» retomen su tormentosa relación en los próximos días.
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