El misterio de la decapitación de la estatua del ilustre fundador de nuestro pueblo, Jebediah Springfield, ha quedado resuelto en la noche del lunes, apenas unas horas después de descubrirse el acto vandálico. Y el culpable no es otro más que Bart Simpson, un alumno de 10 años de la Escuela Primaria de Springfield que con este acto pretendía impresionar a unos gamberros para hacerse amigo de ellos. Al parecer, toda la idea se le ocurrió al pequeño tras un mal consejo de su padre, Homer Simpson, quien le hizo creer que ser popular es la cosa más importante del mundo.
Asustado por todas las noticias sobre la estatua e impresionado por la tristeza que había invadido a los habitantes de Springfield tras conocerse el suceso, el chico decidió enterrar la cabeza en el jardín de su casa para ocultar el crimen, pero en el último momento su conciencia pudo más y decidió confesar la travesura a sus padres.
Tras confesar la fechoría a sus progenitores, el pequeño y su padre cogieron la cabeza de la estatua para entregársela a las autoridades, pero en el camino se encontraron con una masa enfurecida de springfieldianos armados con bates, antorchas, rastrillos y palos que pretendían linchar al verdugo de la estatua. En ese momento el chico y su padre echaron a correr con la cabeza pero los iracundos ciudadanos emprendieron su persecución hasta la plaza de la ciudad donde se encuentra la estatua. Allí, el chico explicó a los presentes el porqué de su gamberrada y suplicó su perdón. Después de escuchar las sinceras palabras del joven, los ciudadanos decidieron perdonarle y la cabeza volvió a su sitio ante la alegría de los springfieldianos allí concentrados.
Sin duda, este incidente ha servido para que todos en esta ciudad hayamos aprendido a valorar en su justa medida nuestro pasado y la figura de nuestro amado fundador, Jebediah Sprinfield.
http://www.elcomercio.es/v/20130828/gijon/decapitan-escultura-romualdo-alvargonzalez-20130828.html